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El lanzamiento de Diablo 4 en junio de 2023 fue un éxito rotundo, con críticas positivas, ventas sobresalientes y una base de más de 12 millones de jugadores. Sin embargo, para quienes completaron la campaña principal y se adentraron en el contenido de final de juego, quedó evidente que el verdadero núcleo de un ARPG como Diablo no estaba funcionando del todo bien.

El sistema de progresión de objetos resultaba frustrante y tedioso, mientras que las actividades de final de juego eran limitadas y carecían de incentivos claros. Las actualizaciones de temporada introdujeron nuevas mecánicas y pequeños ajustes, pero no abordaron los problemas estructurales que aquejaban a esta nueva entrega de la icónica franquicia de Blizzard. Esto evocaba el debut de Diablo 3 en 2012, cuando su sistema de final de juego y la controvertida casa de subastas de dinero real dejaron insatisfechos a muchos jugadores. Parecía que Blizzard estaba repitiendo antiguos errores.

Un año marcó una gran diferencia. Mientras que Diablo 3 necesitó dos años y la expansión Reaper of Souls para alcanzar su potencial, Diablo 4 ha experimentado mejoras notables en menos tiempo. Aunque inicialmente abandoné rápidamente su ciclo de botín al final del juego, las actualizaciones gratuitas introducidas desde entonces han transformado la experiencia, haciendo que la progresión de personajes sea más satisfactoria y atrapante. Ahora, la búsqueda de mejoras y objetos únicos se siente gratificante, algo impensable hace un año.

La actualización Loot Reborn, lanzada en mayo, marcó un antes y un después. Se redujeron los afijos de los objetos, pero se hicieron más útiles, facilitando la evaluación de su valor. Los Aspectos legendarios, antes complicados de manejar, se automatizaron al integrarse al códice del juego tras ser recuperados. Además, dos nuevos sistemas, Masterworking y Tempering, llevaron la personalización de objetos a otro nivel. Tempering permite a los jugadores añadir afijos específicos para crear el equipo ideal, mientras que Masterworking mejora esos objetos personalizados, convirtiéndolos en versiones definitivas.

Estos cambios no solo dieron a los jugadores mayor control sobre su equipamiento, sino también razones para seguir progresando en el final del juego. La incorporación de The Pit, una nueva mazmorra cronometrada, introdujo materiales clave para el sistema de Masterworking, ofreciendo objetivos adicionales que perseguir.

Con la actualización 2.0, que llegó junto con la expansión Vessel of Hatred en octubre, Diablo 4 dio un paso más. Blizzard eliminó el confuso sistema de dificultad por niveles y lo sustituyó por uno más similar al de Diablo 3. También reorganizó el ciclo de final de juego, trasladando los materiales de Masterworking a las mazmorras de Pesadilla y las XP de glifos a The Pit. Además, la actividad roguelite de la quinta temporada, Hordas infernales, se convirtió en un elemento permanente, ofreciendo más variedad a los jugadores.

La expansión Vessel of Hatred aportó una nueva región, continuó la narrativa, introdujo la clase Spiritborn, mercenarios reclutables, Runewords y una nueva actividad en Kurast Undercity. Todo esto amplió aún más las opciones para los jugadores. Ahora, el final del juego ofrece múltiples alternativas: mejorar equipo en mazmorras de Pesadilla, subir glifos en The Pit, recolectar runas o materiales en Undercity, o farmear jefes para buscar objetos únicos.

Las actividades se complementan entre sí, creando un ciclo cohesivo que motiva a seguir jugando. Sin embargo, aún hay margen de mejora. Aunque hay más contenido y opciones, los desafíos se reducen después de cierto punto, y las mejoras de equipo solo sirven para realizar actividades más rápido, lo que puede volverse monótono sin nuevos objetivos. Los errores también persisten, y Blizzard podría beneficiarse de mayor cuidado en las actualizaciones.

A pesar de ello, es impresionante cuánto ha evolucionado Diablo 4 en tan poco tiempo. Aunque la expansión fue un gran añadido, fueron las actualizaciones gratuitas las que realmente transformaron el juego, convirtiéndolo en un ARPG digno de su legado. Con Path of Exile 2 a la vuelta de la esquina, la competencia por ser el mejor en el género se intensifica. Si 2025 sigue el camino de 2024, el próximo año será emocionante para los fans de este tipo de juegos.

Etiquetas: Bitel Gaming Diablo 4